La Sinautoría deja de sostener la pieza fundamental de autoridad y propiedad que significa el Autor, para dar condición de posibilidad a la emergencia de colectividades productoras. El proceso de creación -hasta el momento cinematográfico- es horizontal, de modo que las decisiones sobre preproducción, guión, rodaje, montaje, postproducción y distribución de la obra terminada se toman asambleariamente, en una progresiva colectivización de obra y proceso productivo. Entendiendo la cultura como facultad de habitar el mundo y transformarlo, desde Cine sin Autor, revolucionamos desde dónde, cómo y para qué se produce.
Hacemos pública nuestra residencia de investigación en el MNCARS (Museo Nacional de Centro de Arte Reina Sofía), concedida para el año 2014 a punto de comenzar el otoño. Es ahora cuando sabemos que nos ha permitido comenzar a significar “la sinautoría”, más allá del cine; comenzar a entender sus “potencias” y cómo éstas reorganizan nuestras formas de producción de mundo.